¡Bienvenidos/as tepianos/as!
Este será un cuatrimestre atípico pero aprovecharemos la oportunidad para revisar algunos problemas clásicos de la práctica y la investigación sobre la evaluación educativa desde la óptica de la pandemia. Nuestro principal objetivo es que construyamos conjuntamente un espacio de pensamiento y de experimentación que nos permita imaginar y proyectar la evaluación de la post-pandemia.
El blog será uno de los principales puntos de encuentro y trabajo. Por ello, les pedimos que lo recorran y lean cada una de las secciones. Nuestros encuentros serán los días Lunes (15 a 18 hs.) y Viernes (18 a 21 hs.) pero en un mundo hiperconectado, siempre estaremos en contacto a través de diferentes plataformas.
Les envío un abrazo enorme a cada uno/a
Tania
En este espacio presentamos las evaluaciones que lxs estudiantes de TEPA pudieron construir a partir y a pesar de la pandemia. Estas producciones reflejan sus aprendizajes y el compromiso asumido con la propia formación. Esperamos que en el futuro estas evaluaciones innovadoras lleguen a todas las aulas.
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Núcleo problemático N° 1: ¿Es posible evaluar sin calificar?
Viviana
Mancovsky (2011) explica que el término evaluar genera y da vida a muchas
nociones “vecinas” con las que en ocasiones suele confundirse. Las más
conocidas son: calificar, medir, corregir, acreditar y controlar, que en el escenario
educativo algunas veces funcionan como sinónimos a pesar de que no son o no
refieren a lo mismo. De acuerdo a la autora, existe cierto aturdimiento
semántico que nos lleva a confundir los sentidos que la evaluación tiene, y en
consecuencia a atribuir al acto evaluativo funciones administrativas que no
posee.
El
proceso de virtualización de la educación que forzó la pandemia nos ofrece un
claro ejemplo del aturdimiento semántico que directivos, docentes, estudiantes
y familias tenemos en torno a la evaluación. Cuando el Ministro de Educación de
nuestro país firmó una resolución que estipulaba que mientras durara el proceso
de continuidad pedagógica los/as docentes no debían calificar para acreditar
sino evaluar formativamente y retroalimentar las actividades, la comunidad
educativa se dividió en dos grandes grupos. Por una parte, los/as directores/as
que defendían la función de la escuela de acreditar saberes, los/as docentes
que se negaban a enseñar sin poner notas a los trabajos y los/as estudiantes y
sus familias que dejaron de enviar las actividades porque sin notas no tenía
sentido hacerlas, representan a quienes viven inmersos en el aturdimiento. Por
este motivo, la evaluación era impensable sin la corrección, calificación,
promoción y acreditación. Por otra parte, el segundo grupo estaba integrado por
directivos y docentes que comenzaron a buscar instrumentos de evaluación que
pudieran adaptarse para ofrecer a las familias y estudiantes un informe
detallado del proceso de aprendizaje. No es nuestra intención juzgar estos
grupos, por el contrario, creemos que sus reacciones son el puntapié inicial
para abordar una problemática clásica de los estudios didácticos y sociológicos
que apunta a dilucidar los sentidos de la evaluación y las funciones que cumple
en el marco de la educación institucionalizada.
Este
primer núcleo problemático comprenderá los siguientes contenidos mínimos: Lógicas de la evaluación de los
aprendizajes, Evaluación y Cultura Escolar, Evaluación y examen: ambigüedad
conceptual. Cabe aclarar que debido al enfoque metodológico asumido, esta
selección puede variar de acuerdo a las necesidades e intereses de los/as
estudiantes.
ACCESO A LA WEBGRAFÍA
Ø Wikimedia Argentina. (2020, Mayo 5). 13° Webinar - ¿De qué hablamos cuando hablamos de evaluación en tiempo de distancia social? A cargo de Marilina Lipsman y organizado por Wikimedia Argentina y la Universidad Virtual de Quilmes. [Archivo de video]. VISUALIZAR
Núcleo problemático N° 2: ¿Por qué a veces se utiliza la evaluación para premiar y/o castigar?
Carina Kaplan
(2016) sostiene que en las instituciones educativas, el mérito “convierte a la
igualdad de oportunidades en un principio darwinista donde, (…) se establece un
régimen diferencial de premios y castigos” (p. 218). Los exámenes y las
evaluaciones se transforman de este modo en tecnologías que permiten
diferenciar a los “buenos” y “malos” estudiantes, a la vez que facilitan la
distribución de las calificaciones como signos de la excelencia escolar. El
problema que suscita la ideología meritocrática en el sistema educativo es la
falacia de que el esfuerzo personal es condición suficiente para aprender y
“salir adelante”.
El plan
de continuidad pedagógica organizado e impulsado desde los diferentes
ministerios de educación (nacional, provinciales y municipales) procuró ofrecer
varias alternativas tecnológicas para la construcción y sostenimiento del
vínculo pedagógico ante la emergencia sanitaria. Se habilitaron campus
virtuales, se crearon portales educativos con materiales de lectura y
audiovisuales, se construyó una programación televisiva y radiofónica educativa
para los tres niveles obligatorios de la educación y se distribuyeron
cuadernillos con actividades de aprendizaje.
Pero la diversidad de medios tecnológicos no impidió que resonara
fuertemente el grito por las desigualdades educativas –entre ellas la brecha
digital- que condicionan las prácticas de enseñanza, aprendizaje y evaluación.
Directores/as, profesores/as, estudiantes y familias constantemente reclamaban
la falta de acceso a servicios como internet, televisión (en algunas provincias
la TV pública solo es transmitida en canales pagos), electricidad, agua, salud,
entre otros que son esenciales en el marco de la pandemia y el aislamiento
social, preventivo y obligatorio (ASPO). A ello se sumaba la consideración de
que los/as tutores/as a cargo de los/as niños/as y jóvenes tenían dificultades
para ayudar con las actividades o peor aún, que ellos/ellas mismo/as no estaban
alfabetizados por lo que su participación en el sostenimiento de la continuidad
era menor. Las diferentes formas de desigualdad social, económica y educativa
nos “golpearon” una y otra vez recordándonos que los “puntos de partida” de
los/as estudiantes siempre son diferentes y que no es el mérito sino la
verdadera inclusión educativa la que puede generar condiciones de cambio en la
vida de niños/as y jóvenes.
La
evaluación apareció en el debate público de la educación en tiempos de pandemia
cuando puso en evidencia el “aturdimiento semántico” respecto de sus sentidos y
fines, pero involucraba algo más. En efecto, la ideología meritocrática
presente en muchas prácticas educativas no tardó en encontrar voces que
renegaban de la decisión de suspender las calificaciones argumentando que
los/as alumnos/as “necesitaban” las notas porque era un “mimo”, un “premio” por
presentar las tareas, porque la evaluación sin calificaciones solo servía para
“nivelar para abajo”, o porque no dar notas era cometer una injusticia con
los/as que se esforzaban por seguir las clases virtuales. Estas expresiones nos
llevan a preguntarnos si en tiempos de pandemia ¿De qué manera el tener acceso
a dispositivos e internet se percibe como un signo de “esfuerzo”?, ¿Por qué el
acceso es algo que debemos premiar o castigar? y ¿qué relación existe entre
justicia, mérito y evaluación? Éstas y otras preguntas nos ayudarán durante el
cuatrimestre a problematizar los mecanismos de evaluación al interior de las
instituciones educativas.
Este
segundo núcleo problemático comprenderá los siguientes contenidos mínimos: Meritocracia y evaluación, la construcción
del éxito y el fracaso escolar, las etiquetas y su efecto en el comportamiento
y rendimiento escolares. Cabe aclarar que debido al enfoque metodológico
asumido, esta selección puede variar de acuerdo a las necesidades e intereses
de los/as estudiantes.
ACCESO A LA WEBGRAFÍA
Ø Televisión Pública. (2016, Diciembre 26). Caminos de Tiza. Episodio: ¿Alumnos o etiquetas? [Archivo de video]
§ ¿Alumnos o etiquetas? – Caminos de Tiza (1 de 4) VISUALIZAR
§ ¿Alumnos o etiquetas? – Caminos de Tiza (2 de 4) VISUALIZAR
§ ¿Alumnos o etiquetas? – Caminos de Tiza (3 de 4) VISUALIZAR
§ ¿Alumnos o etiquetas? – Caminos de Tiza (4 de 4) VISUALIZAR
Núcleo problemático N° 3: ¿Cómo diseñamos y construimos evaluaciones formativas e innovadoras?
Frida
Díaz Barriga (2007) reconoce que una de las megatendencias de la Sociedad del
Conocimiento es la educación apoyada en las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC), por lo tanto, cree que es difícil pensar procesos
educativos innovadores que no estén ligados a desarrollos tecnológicos. No
obstante, argumenta que la “novedad educativa” de las tecnologías no se reduce
a la provisión de recursos semióticos aislados. La integración curricular de
las TIC interpela las formas clásicas del trabajo escolar al propiciar nuevos
modos de crear entornos de aprendizaje con condiciones inéditas para la
transformación de la información y la construcción social del conocimiento.
Durante
las primeras semanas de implementación de la continuidad pedagógica, podíamos
escuchar a diferentes expertos/as vaticinar que las clases virtuales mejorarían
la educación. Sin embargo, la mayoría de las intervenciones didácticas
mostraron que la fuerza performativa del formato escolar era mayor que los
intentos de innovación. Esto se evidenciaba en el revoleo de PDFs (Maggio,
2020) y la activitis (Lion, 2020) que eran las “nuevas estrategias didácticas
virtuales” que funcionaban como espejos de lo que los/as profesores/as
habitualmente hacen en sus clases presenciales: explicar los temas y dar guías
de preguntas. Pero afortunadamente, algunos/as colegas se animaron a innovar
rompiendo/torciendo/alterando formas tradicionales de enseñanza. Al hacerlo y
sin saberlo, generaron las condiciones para una evaluación diferente. Quienes
se dedican a la investigación de las practicas evaluativas se encuentran
actualmente registrando y analizando estas experiencias para comprender y
explicar los cambios que podemos esperar en los próximos años. Nosotros/as
problematizaremos estas innovaciones con el fin de animarnos a diseñar
evaluaciones formativas con TIC.
Este
tercer núcleo problemático comprenderá los siguientes contenidos mínimos: La
evaluación como un acto creativo. Las
consignas como enunciados mediadores de los aprendizajes. Los criterios de
evaluación. La retroalimentación formativa. Cabe aclarar que debido al enfoque metodológico
asumido, esta selección puede variar de acuerdo a las necesidades e intereses
de los/as estudiantes.
ACCESO A LA WEBGRAFÍA
Ø Ø Televisión Pública. (2020, Julio 25). Caminos de Tiza. Episodio: Repensar la evaluación durante la continuidad pedagógica. [Archivo de video]. VISUALIZAR
Ø Schwartzman, G.; Odetti, V. y Tarasow, F. (2019). ¿Cuál es el rol central de la actividad al diseñar un proceso de aprendizaje? [Audio podcast]. ESCUCHAR
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